jueves, 30 de agosto de 2007

¿Cuánto espacio tienes para Dios?

Hoy me encontré con este texto de Wally Johnson:

Cada persona tiene "capacidad para llevar" a Dios. El tamaño está limitado tan solo por nuestra disposición para vaciarnos de otras cosasa... En mi vida pasé un tiempo crítico, cuando estaba cansado de jugar a la religión. En un momento de verdad absoluta clamé a Dios y le pedí que me llenara completamente.

La respuesta de Dios fue asombrosa: "No puedo llenarte". Entonces dije: "Dios, tú puedes hacerlo todo". Él me respondió: "Mira tu vida. Estás lleno". Era cierto. No tenía lugar ni tiempo para Dios.

Con la ayuda del Espíritu Santo empecé a eliminar "lo bueno" de este mundo para poder estar lleno de "lo mejor" que Dios tenía para mí. Hasta ese momento había estado lleno de trabajo, tenis, golf, esquí, cacería, pesca y aun trabajos [no ministerios] en la iglesia.

La verdad es que me ha parecido muy acertada esta reflexión. Muchas veces estamos tan llenos que no tenemos ningún lugar para Dios en nuestras vidas. Esto me recuerda a la parábola de Jesús en Mateo 13.44 en la que un hombre dejó todo lo que tenía para conseguir un tesoro mayor.

Como cristianos no tendríamos que tener miedo a vaciarnos de las cosas de este mundo porque lo que encontramos en Dios es mucho más de lo que el mundo nos pueda ofrecer. Por muy buenas cosas que tengamos, o muy buenas actividades ocupen nuestro tiempo, Cristo tiene algo mejor que ofrecernos.

¿Cuanto sitio hay en tu vida para Dios? ¿Por qué no vaciarte dejar que Dios te llene por completo?

jueves, 16 de agosto de 2007

Paz con los enemigos

Los beneficios de seguir los caminos de Dios son innumerables. En el libro de proverbios 16.17 nos da uno de ellos: Cuando los caminos del hombre son agradables al Señor, aun a sus enemigos hace que estén en paz con él (LBLA). Y lo cierto es que estar en paz con todos es una consecuencia directa de una vida santa y agradable a Dios.

Si nosotros caminamos según los mandamientos de Dios, no vamos a buscar confrontación con nadie, ni vamos a buscar hacerle mal, ni ofenderle con nuestras actitudes o palabras. Por ello vamos a tener paz aún con los que se consideran nuestros enemigos.

La Biblia no nos asegura que nadie vaya a estar en contra de nosotros, es más nos dice que vamos a tener persecución. Pero aún en medio de la prueba nosotros podemos tener paz. Pero no solo paz de estar tranquilos, sino también en nuestras relaciones. Porque, tarde o temprano, aquellos que nos quieran hacer mal se darán cuenta de su injusticia y al final, en palabras del apóstol Pablo, les arderá la cara de vergüenza (Romanos 12.20 - RV95).

Los caminos de Dios no son unas leyes que Él ha puesto arbitrariamente, es una forma de vida que nos beneficia tanto a nosotros, como a las relaciones que tengamos con los demás. Recordemos que los caminos agradables al Señor, Jesús lo resumió de una forma más facil de recordar: el camino del amor (Mateo 22.34-40)

La importancia de la familia

En estos días estaba leyendo el relato del nacimiento de Jesús según el evangelísta S. Mateo. Y me estaba llamando la atención el papel que juega José en esta historia. Y estaba pensando en el porqué de que él estuviese en la historia. Si Jesús nacería de una virgen, ¿era necesario el papel de un hombre? ¿Esa virgen no podía ser soltera?

Probablemente una razón para ello es que una mujer sola en aquella época era muy vulnerable. Y además si tenía un hijo demasiado expuesta a las críticas y la exclusión social, teniendo en cuenta que nunca habría sido casada.

Pero creo que hay una razón mas importante. Dios le proveyó a Jesús un buen marco familiar para su desarrollo personal. Porque, recordemos, que Jesús, siendo Dios, también era hombre y tuvo que crecer en estatura, sabiduría y gracia para con Dios y los hombres (Lc. 2.52). Y para ese desarrollo Dios le proveyó un hogar en el que pudiera crecer.

Al comienzo de Mateo, vemos a José como un hombre temeroso de Dios. De hecho, recibe mensajes de Dios en cuatro ocasiones en los dos primeros capítulos. Para que no abandone a María, para marcharse a Egipto, para volver de Egipto y para dirigirse a Nazaret. Y no solo recibia los mensajes, sino que los obedcía. De hecho Mateo lo describe como un hombre justo.

Pero Dios no sólo le proveyó de un padre y una madre a Jesús. También tenemos otras referencias a la familia de Jesús. Su primo Juan el Bautista, que además fue clave en el ministerio de Jesús. También nos habla la Biblia de los hermanos de Jesús, que aunque no creyeron en Él durante su ministerio, después de su resurrección algunos fueron claves en el desarrollo de la iglesia.

En estos tiempo en los que vivimos y que la familia cada vez está más infravalorada, debemos recordar que si Jesús, creció y se desarrollo en un marco familiar, cuánto más nos hará falta a nosotros una familia. Familias temerosas de Dios y que provean el marco para que la próxima generación sea mejor que nosotros.

martes, 14 de agosto de 2007

Como niños

De cierto os digo que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Mateo 18.3

Como cambia la percepción de un texto dependiendo de la etapa de tu vida y la experiencia que tengas. Cuando haces años leía este versículo, lo primero que venía a la cabeza era la inocencia y la credulidad de los niños. Y pensabe que así debía ser nuestra fe, creer sin cuestionarnos nada, de la misma manera que un niño cree en Papá Noel sin cuestionarse como podrá hacer para repartir todos los regalos en apenas unas horas. No creo que Dios nos pida esa clase de fe, de hecho Él nos llama a escudriñar las escrituras (Juan 5.39), y mi máximo ejemplo de ello fueron los judíos de Berea (Hechos 17.10-15) que antes de creer en Jesús, investigaron lo que las escrituras decían.
Yo creo que más bien, cuando dice de que debemos ser como niños, Jesús está hablando de una cualidad, que todos los niños tienen, independientemente de su cultura, o su picardía, y que según se va creciendo se va perdiendo. Me refiero la dependencia. Un niño tiene que depender al 100 % de sus padres. De la misma manera, los cristianos tenemos que depender de Dios. Y al contrario que los niños que según van creciendo se van haciendo más independientes nosotros deberíamos cada vez ser más dependientes de Dios.
Aprendamos a vivir con la confianza de los niños que saben que todo lo que necesitan se lo suplirán sus padres. Porque nuestro Padre celestial suplirá todo lo que nos falte(Filipenses 4.19).
Dependamos de Él.