jueves, 8 de agosto de 2013

Gilead

¿La iglesia está preparada para ofrecer respuestas a nuestra sociedad? No sé si es la pregunta que la escritora estadounidense Marilynne Robinson tenía en mente cuando escribió esta fantástica novela titulada Gilead, pero desde luego es la que yo me he hecho después de leerla. Aparentemente nos encontramos ante las memorias de un pastor metodista que escribe para que su hijo las lea cuando éste sea adulto y él ya no esté en este mundo. Pero más allá de la historia, que a mi parecer está narrada de una manera magistral y que describe muy bien la fragilidad y los temores del ser humano, están las preguntas que formulan algunos personajes y las respuestas que reciben, o incluso las que no reciben.
Va a ser difícil escribir esta entrada del blog sin estropearos el libro, así que trataré de ser lo menos concreto posible, para que podáis disfrutar de su lectura tanto como yo lo hice. La cuestión es que hay diferentes preguntas teológicas que surgen en el libro, raro sería que no apareciesen ya que el personaje principal es un pastor. Pero lo interesante no son las preguntas, sino quiénes las formulan y el porqué. Una de las grandes cuestiones que se plantean en el libro es planteada por Jack, el hijo descarriado del pastor presbiteriano amigo de nuestro protagonista. La cuestión en sí, no sólo ha sido debatida por la iglesia, sino que estos mismos personajes, a lo largo de toda su vida han disfrutado de interminables debates sobre el asunto sin llegar a un acuerdo mutuo. Pero a pesar de darle a este hombre una respuesta, pensada y razonada no sólo en ese momento sino a lo largo de sus vida, es totalmente irrelevante para la situación Jack.
Y la verdad es que después de leer este libro, me quedé pensando si no será cierto que como iglesia no estamos ofreciendo respuestas a nuestra sociedad. Tenemos grandes conceptos teológicos, tenemos preparadas nuestras respuestas para nuestros hermanos de diferentes corrientes teológicas, pero ¿realmente estamos siendo relevantes para aquellos que nos rodean y ofrecemos respuestas que puedan aplicar a sus vidas?
Lo cierto es que no sé si la autora de esta novela es cristiana o no. No sé si será una crítica a la iglesia o una auto-crítica. Pero, sea lo que sea, creo que es bastante acertada. No creo que la teología sea un deporte de debates para ver quién da más y mejores argumentos. Deberíamos hacer un esfuerzo por dar respuestas válidas y útiles a aquellos que nos están preguntando cómo puede Dios influenciar en sus vidas.
Podrías pensar que estoy exagerando. Que la gente de hoy en día no quiere oír las respuestas que ofrece la Biblia a sus preguntas. Que tampoco es para tanto lo que puedas decir. Bueno, lee esta novela y luego charlamos un rato.

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